TELLURIDE...NUNCA EN MIS SUEÑOS.

Nunca en mis más salvajes sueños, hubiera podido imaginar que  viviría en un pueblo chico, a 8,000 pies sobre el nivel del mar, en un constante estado de asombro.

 

Nunca en mis sueños más fantásticos, hubiera podido pintar una naturaleza más majestuosa, ni observar el constante hipnotizador cambio de colores y formas.  Siempre algo nuevo, algo fantástico, algo tal vez místico.

 

Nunca en mis momentos más positivos de New Age, hubiera creído posible que yo podría, en fríos que oscilan entre los 11 y 14 grados bajo cero, sentir ese frio gélido y no solo no quejarme, sino que además encontrarme seducida por una profunda curiosidad sobre la resistencia humana, la relación entre naturaleza y ser humano, el poder de la mente sobre la materia y los resultados del hábito.

 

Nunca en mis momentos más gitanos, hubiera pensado que yo, una amante de las grandes ciudades, podría vivir en un pueblo tan minúsculo y disfrutar enteramente el contacto directo, íntimo y penetrante con las montañas gigantescas, los ríos, los bosques, la nieve, el cielo, los osos, las hienas, los pájaros… la gente.

 

Nunca en mi más apasionada defensa por un vivir con simpleza, hubiera podido imaginar realmente lo que es vivir entre personas que se gustan y que son inclusivas .., personas que se conectan sin una pizca de pretensión, que simplemente se conectan. El bombero al lado del médico, al lado del maestro, al lado del concejal, al lado de la señora de la limpieza ... en la misma cafetería o bar, simplemente compartiendo el espacio con amabilidad. Es como si todos fueran parte de un pacto secreto: ser amables, agradables, gustarse a sí mismos, gustar de los demás, ser felices.

 

Nunca hubiera pensado que tal vez es esto lo que significa vivir con integridad holística, con un claro reconocimiento de la aventura que ofrece el momento. Tal vez esté dada por la historia única de este pequeño pueblo, por su belleza absoluta, por la decisión orgullosa y concienzuda de su gente de "vivir simplemente". Sea lo que sea lo que integra la ecuación, funciona de una manera que nunca hubiera imaginado posible para mí o para ninguna otra persona que hasta hace muy poco he conocido.

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¡FELIZ AÑO NUEVO Y FELIZ ECLIPSE DE LUNA ROJA!

Les escribo rodeada por las 3,301 personas que viven en Telluride, Colorado.